Las caras de El Pícaro, El Recio, El Viejo y La Jefa se han convertido en un icono dentro del mundo del vino, pero no todos saben que la tierra de donde proceden, Toro, es una de las regiones españolas más afectadas por la despoblación en los últimos años. La migración a las grandes ciudades en busca de una vida más cómoda ha provocado que la población en esta zona rural haya descendido drásticamente. Si la tendencia no cambia, en poco más de dos décadas puede que no haya suficientes personas en edad de trabajar para cuidar del viñedo y producir vinos como Matsu.
Así nace la campaña #MatsuPorLosPueblos, con la que queremos humanizar a las personas que hay detrás de nuestras etiquetas, los héroes anónimos que permiten que los vinos Matsu lleguen a todos los rincones del mundo y revitalizar la industria vitivinícola en esta región para asegurar su futuro. Por eso, en Matsu trabajamos añada tras añada con una red de pequeños viticultores para fomentar la economía de la zona y evitar que una gran cantidad de viñedos centenarios acaben abandonados o arrancados.
El objetivo es que cuando veas nuestras etiquetas, seas consciente de que detrás de estas caras hay muchas otras luchando para que su pueblo no muera. Muchas personas orgullosas de ser de pueblo y vivir en él. Familias enteras que trabajan duro cada día por mantener el legado de sus abuelos.
Ahora, cada vez que los mires a los ojos, sabrás que con cada botella de Matsu que descorchas estarás ayudando a luchar contra la despoblación rural.
El Pícaro es un tinto que posee toda la fuerza y el descaro propias de su edad, proviene de una selección de viñedos muy viejos asentados en terrenos pobres. Un joven muy maduro para su edad, que representa el futuro de las generaciones de viticultores de Toro.
El Recio se ha convertido en el mejor embajador de la D.O. Toro por ser un vino que añada tras añada logra el aplauso de público y crítica. Un vino con gran equilibrio entre potencia y finura, elegante y muy suave en boca.
El Viejo proviene de una selección de viñedos centenarios de producción extremadamente limitada, algunos incluso prefiloxéricos. Sus 16 meses de crianza en barricas nuevas de roble francés lo convierten en un vino muy exclusivo.
La Jefa representa la elegancia, la franqueza y la fuerza de todas las mujeres que desde siempre han trabajado el viñedo en esta región. El único blanco de la colección, un vino envolvente y placentero que está a la venta por cupos debido a su limitadísima producción.